Las frutas y verduras se consideran elementos clave de una dieta saludable y su ingesta es extremadamente útil para proporcionar numerosos beneficios al organismo, así como para ayudar a reducir el riesgo de enfermedades. Ambos tipos de alimentos son ricos en vitaminas, minerales, fibra y compuestos fitoquímicos, como flavonoides y carotenoides, por lo que un consumo variado asegura un aporte adecuado de nutrientes y los convierte en aliados fundamentales para nuestra salud y bienestar1.
Lo primero que percibimos de las frutas y verduras es el color, que depende de su composición y del estado de maduración. Esta cualidad es importante porque nos ofrece información sobre las propiedades específicas de cada alimento. Dadas las diferencias en su aportación nutricional, no solo es importante comer frutas y verduras cada día, sino alternar diferentes tipos para garantizar una alimentación más completa.
La coloración de gran número de alimentos vegetales es debida a los pigmentos que contienen. La principal función de los pigmentos carotenoides de los vegetales es la de atraer animales para que sirvan como vectores en la diseminación de las semillas y los frutos, asegurando así el éxito reproductivo y la continuidad de la especie. Además, en las plantas, los pigmentos también captan energía luminosa, que se transfiere a las clorofilas para ser transformada durante la fotosíntesis2. La presencia en su molécula de un cromóforo confiere a estos pigmentos la capacidad de absorber luz en la región visible, proporcionando a frutas y verduras colores amarillos, verdes, anaranjados y rojizos2.
Los humanos no pueden producir carotenoides, por lo que dependen de su aportación a través del consumo de los alimentos. En general, todos los carotenoides son antioxidantes, es decir, que disminuyen significantemente los efectos adversos del estrés oxidativo y estimulan la respuesta inmune. Pero, además, algunos de ellos tienen actividad como provitamina A, es decir, que se transforman en vitamina A cuando los ingerimos. Esta vitamina es esencial para la visión nocturna y necesaria para mantener sanos la piel y los tejidos superficiales, y desempeña también un papel clave en el desarrollo fetal, el embarazo y la lactancia2,3.
Los distintos colores de las frutas y verduras reflejan combinaciones concretas de nutrientes y compuestos fitoquímicos, cada una de las cuales tiene propiedades específicas para la salud. Así, por ejemplo, las frutas y verduras de color rojo deben su tonalidad al licopeno, un pigmento que tiene propiedades antioxidantes, anticancerígenas y de antienvejecimiento celular; mientras que las de color amarillo lo deben a los flavonoides, que se han relacionado con propiedades antioxidantes y anticancerígenas y con la prevención de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, y las de color verde contienen luteína y betacaroteno, que reducen la degeneración macular y el riesgo de sufrir cataratas3,4.
El kiwi es una fruta rica en carotenoides, tanto betacarotenos como luteína y zeaxantina. Estos son los compuestos que le proporcionan al kiwi Zespri™ SunGold su característico color dorado. El kiwi Zespri™ Green, pese a que también contiene estos carotenoides, presenta un alto contenido de clorofila en su pulpa que enmascara el color amarillo típico de estos pigmentos5.
Así pues, a la hora de elegir qué frutas y verduras vamos a comer, si además de guiarnos por nuestras preferencias de sabor, tenemos en cuenta el color, podremos elegir aquellas que más puedan beneficiarnos por sus propiedades específicas. La alimentación saludable es uno de los principales factores que promueven y mantienen una buena salud a lo largo de la vida, y nos ayudan a protegernos de enfermedades no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer1,2.
Bibliografía
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