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Consejos para cuidar la microbiota intestinal de los niños

Salud digestiva

La microbiota intestinal humana es dinámica, está influida por múltiples factores y se ha demostrado que desempeña un papel importante en la salud humana. Existe una asociación entre las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal y diversas enfermedades gastrointestinales y no gastrointestinales tanto en niños como en adultos1.

Los periodos neonatal e infantil, especialmente los dos primeros años de vida, son etapas importantes en el establecimiento de la comunidad microbiana intestinal. En el momento del nacimiento, los microbios colonizan al recién nacido: los nacidos por vía vaginal están expuestos a la vagina materna y la microbiota fecal de estos neonatos está dominada por Prevotella spp. y Lactobacillus, mientras que los recién nacidos por cesárea tienen una microbiota menos diversa, más similar a la de la piel de la madre. A partir de ese momento, la composición de la microbiota se irá transformando en función del tipo de alimentación que reciba el niño, el entorno al que esté expuesto, su genética y el uso de antibióticos2,3.

La importancia de una nutrición adecuada en el niño en desarrollo no puede subestimarse, ya que el tipo de alimentos que consuma habitualmente en los primeros años condicionará la composición de la microbiota y, en última instancia, tendrá un impacto en su estado de salud3.

Microbiota y salud digestiva

Las perturbaciones de la homeostasis intestinal se han relacionado con muchas formas de enfermedades digestivas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, el síndrome del intestino irritable, la infección por Helicobacter pylori e incluso diarrea asociada a antibióticos4.

Para tener una microbiota saludable, la clave es la diversidad. Una dieta equilibrada y variada es importante a cualquier edad, pero es esencial en los niños. La adopción de hábitos alimentarios saludables en los niños ayudará a establecer una microbiota sana y a tener una buena salud digestiva1,5. Para que un niño desarrolle una microbiota sana es fundamental:

  • Elegir alimentos ricos en fibra. La fibra dietética afecta la tolerancia gastrointestinal, la formación de las heces, la frecuencia de la defecación, el tiempo de tránsito y la composición microbiana intestinal. Existen fibras solubles e insolubles. Las primeras tienen la capacidad de retener el agua y formar geles, aumentando así el tamaño y suavidad de las heces y mejorando la estimulación de los movimientos peristálticos. Las fibras insolubles añaden volumen a las heces y facilitan el movimiento a través del tracto digestivo6.
  • Introducir alimentos fermentados, que contienen bacterias saludables que pueden diversificar y mejorar la microbiota intestinal. Los prebióticos son compuestos no digeribles que, a través de su metabolización por microorganismos en el intestino, modulan la composición y / o actividad de la microbiota intestinal, confiriendo así un efecto fisiológico beneficioso sobre el hospedador. Los prebióticos estimulan la proliferación de bacterias beneficiosas y propician la supresión de bacterias patógenas, mejoran la función intestinal y el efecto barrera del epitelio intestinal1,7,8.
  • Seguir una dieta rica en frutas y verduras, alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (pan, legumbres, pasta, patatas y cereales) y lácteos, que aportarán todo lo necesario para que los niños crezcan sanos5. Entre las frutas, el kiwi es una buena elección para los niños ya que es rico en vitamina C, nutriente que contribuye al normal desarrollo y funcionamiento de nuestro organismo, incluyendo en sistema inmunitario. Además, es fuente de fibra que puede brindar beneficios digestivos, el potasio que contribuye al normal funcionamiento de los músculos, y el folato puede reducir el cansancio y la fatiga.

Ayudar a crear unos hábitos saludables en la infancia ayudará a los niños de hoy a tener una buena salud en la edad adulta5.

Referencias:

  1. Álvarez J, Fernández Real JM, Guarner F, et al. Microbiota intestinal y salud. Gastroenterol Hepatol. 2021; S0210-5705(21)00058-3.
  2. Zhuang L, Chen H, Zhang S, et al. Intestinal microbiota in early life and its implication on childhodd health. Genomics Proteomics Bioinformatics. 2019 Feb; 17(1): 13–25.
  3. Gaufin T,Tobin NH, Aldrovandi GM. The importance of the microbiome in pediatrics and pediatric infectious diseases. Curr Opin Pediatr. 2018; 30(1): 117-24.
  4. Saul S, Fuessel J, Runde J. Pediatric Digestive Health and the Gut Microbiome: Existing Therapies and a Look to the Future. Pediatr Ann. 2021; 50(8):e336-e342.
  5. Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Guía de la alimentación saludable. file:///C:/Users/euval/Downloads/guia_alimentacion_saludable_SENC.pdf
  6. Korczak R, Kamil A, Fleige L, Donovan SM, Slavin JL. Dietary fiber and digestive health in children. Nutr Rev. 2017; 75(4):241-259.
  7. Bindels LB, Delzenne NM, Cani PD, Walter J. Towards a more comprehensive concept for prebiotics. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 2015; 12(5):303-10.
  8. Sanders ME, Merenstein DJ, Reid G, et al. Probiotics and prebiotics in intestinal health and disease: from biology to the clinic. Nat Rev Gastroenterol Hepatol. 2019; 16, 605-16.
Zespri
Equipo científico de Zespri

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