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La vitamina C, el nutriente para reforzar tu sistema inmunitario

Inmunidad Vitamina C

En el año 1912 Casimir Funk publicó en el libro The vitamines los agentes curativos de determinadas enfermedades relacionadas con estados carenciales como la pelagra, el escorbuto, el raquitismo o el Beri-beri. Posteriormente, se fueron aislando cada una de las vitaminas que conocemos y se relacionó la vitamina C con los procesos oxidativos.

Las vitaminas son sustancias orgánicas complejas esenciales para el hombre, dado que no pueden sintetizarlas, siendo fundamentales para la regulación de los procesos metabólicos. Son necesarias en la dieta en cantidades muy pequeñas, y por su sensibilidad al calor, la oxidación y otros procesos químicos, es importante atender al procesado de los alimentos que las contienen.

La presencia de vitamina C en el organismo depende del consumo de alimentos ricos en ella, que son básicamente de origen vegetal, como frutas (kiwi Zespri™ SunGold, kiwi ZespriTM Green fresas, bayas, naranja, limón melón, piña, mango, caqui), verduras y hortalizas (tomate, pimiento, perejil). Conviene subrayar la presencia del tomate en el sofrito característico de la dieta mediterránea y la ingesta diaria de 5 raciones de frutas y verduras a diario como dos de las características propias de este patrón alimentario tan saludable.

La vitamina C o ácido ascórbico es una vitamina hidrosoluble que se engloba con otras vitaminas con poder antioxidante como son las vitaminas A y E, de gran importancia en los procesos de cáncer, ateroesclerosis o en el envejecimiento. Además, la vitamina C ayuda a mejorar la absorción del hierro a nivel digestivo y es esencial en la función inmunitaria.

Integridad de la barrera de la piel y la curación de heridas

La piel tiene una acción principal como barrera ante patógenos externos. Las células dérmicas y epidérmicas contienen abundante vitamina C, por eso en estados carenciales uno de los principales síntomas son la presencia de hematomas, sangrado de encías y retraso en la cicatrización de heridas.

La función de la vitamina C es proteger a las células epiteliales del estrés oxidativo y favorecer la regeneración del colágeno. El acúmulo de vitamina C en las células fagocíticas y neutrófilos incrementa su acción de quimiotaxis y fagocitosis, mejorando la eliminación microbiana.

Vitamina C y la función de los leucocitos

Estudios in vitro apuntan que la vitamina C podría estar implicada en la diferenciación y proliferación de células B y a nivel clínico ha demostrado que el estado deficitario del ácido ascórbico ocasiona trastornos inmunitarios y por ende mayor susceptibilidad a las infecciones. Por eso parece razonable pensar que la suplementación con vitamina C puede ayudar a prevenir y tratar infecciones tanto respiratorias como sistémicas, aunque con dosis superiores a las recomendadas (100-200 mg diarios), cantidades que optimizan los niveles celulares y tisulares. En procesos inflamatorios y metabólicos dichas necesidades se incrementan, precisando cantidades mucho mayores.

La vitamina C es importante en la función linfocitaria, aunque su mecanismo no está claro. Parece depender de su efecto antioxidante y de la regulación genética de factores de transcripción y marcadores epigenéticos.

Vitamina C y los mediadores de la inflamación

Los mediadores inflamatorios, como las citoquinas, se producen en respuesta a infecciones e inflamación, e incluyen la actividad del interferón, linfoquinas, interleucinas y factor de necrosis tumoral. Todos estos factores son moduladores de la respuesta inmunitaria celular y humoral, regulando también la maduración, crecimiento y respuesta de poblaciones celulares específicas.

Vitamina C y su impacto sobre nuestra salud

Existen numerosas condiciones ambientales y de salud que impactan sobre los niveles de vitamina C.

El efecto antioxidante de la vitamina C es especialmente importante en las células pulmonares, por eso las necesidades en los fumadores.  La mayoría de los síntomas en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, su exacerbación y función pulmonar se asocian al adecuado estado de vitaminas (no sólo la vitamina C sino también la vitamina D, E y A). Sin embargo, no hay estudios que demuestren que su suplementación sea definitiva en esta mejoría.

Es conocida la predisposición de los diabéticos al mayor riesgo de infecciones, así como la de las personas con obesidad a la diabetes tipo 2. En el tejido adiposo hay un bajo grado de inflamación, con infiltrados de macrófagos proinflamatorios y células T que generan citoquinas como las interleucinas o el factor de necrosis tumoral que participan en la progresión de la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.

En personas de edades avanzadas, la susceptibilidad a las infecciones se debe a su menor funcionalidad inmunitaria celular. De ahí que con la edad sean más frecuentes las infecciones respiratorias y complicaciones asociadas como la sepsis o el cáncer.

A pesar de que la vitamina C es un antioxidante que disminuye en las arterias el daño endotelial inducido por radicales libres, fundamento fisiopatológico de la formación de las placas de ateroma, la evidencia actual no sugiere que la suplementación de vitamina C demuestre beneficios en la prevención de la enfermedad cardiovascular.

Seguir una dieta saludable y equilibrada con al menos cinco raciones de frutas y verduras a diario es la mejor garantía de mantener los niveles óptimos de vitamina C en el organismo.

Referencias:

1.- Carr A, Maggini S. Vitamin C and inmune function. Nutrients. 2017;9 (11):1211. Doi:103390/nu9111211.

2.- Nutrición en Salud Pública. Royo Bordonada MA. Escuela Nacional de Sanidad. Instituto de Salud Carlos III. Madrid. 2017.

3.- Cena H, Calder P. Defining a healthy diet: evidence for the role of contemporary dietary patterns in health and disease. Nutrients. 2020;12:334. Doi: 103390/nu12020334.

4.- Tsiligliani I, Van Der Molen T. A systematic review of the role of vitamin insufficiencies and supplementation in COPD. Respir Res. 2010;11(1):171. Doi:101186/1465-9924-11.171.

5.- Desai CH, et al. The role of vitamin supplementation in the prevention of cardiovascular disease events. Clin Cardiol. 2014;37(9):576-581.

6.- Gil A. Tratado de Nutrición. Editorial Panamericana. Madrid. 2017.

7.- En https://www.zespri.com/es-ES/blog

José Manuel Fernández
Médico de familia. Coordinador del Grupo de Nutrición de SEMERGEN

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